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Mirame, mira las marcas de mi cara, mis ojos, cada cicatriz, admirame y siénteme. ¡Hazlo te digo!

Por que será la última vez que lo hagas, porque hoy se te acabó tu niña mimada y crédula, porque hoy se apoderó de mi la mujer fuerte y decidida.

Mirame y tócame, reconóceme, porque hoy se acaba la niña que soportó al niño con máscara de hombre, al inculto con apariencia de letrado, al inseguro con facha de poderoso.

Mirame y tócame por última vez y recuerda que un día tuviste todo de mí y no te fue suficiente. Pero te doy ese gusto, ese gusto de sentirme, de reconocerme, de grabarme en tu memoria y hasta de odiarme si quieres. Anda ¡hazlo! ¿verdad que no puedes? ¿verdad que duele?

Ahora tienes aquí tu última lección de mi parte, mirame y ve cómo ya no te quiero y mata ahora ese amor que sientes por mi.

¿Me reconoces? ¿verdad que no? Yo te lo advertí que al momento de marchar cambiaría todo hacía ti.

Ahora mirame, ¿verdad que soy otra? Sí que lo soy, ahora soy lo que siempre te escondí, la parte dura de mi que nunca creíste ver.

Pero no te preocupes, no todo termina aquí, porque hoy al estar aquí me he asegurado que nunca te puedas olvidar de mi.

Por más que lo intentes