Una lágrima recorre mi rostro al recordar tu ausencia, al saber que no estás aquí físicamente, y al tocar mis labios no puedo evitar esbozar una sonrisa y ese sentimiento de felicidad que siempre he perseguido invade mi cuerpo.
Un escalofrío de ese sentimiento ha resultado, y entonces recuerdo tu cara y tus ojos, la forma en la que me miras y me tocas, tu cuerpo junto al mio.
Lo que creía imposible, lo que sólo había soñado está aquí. Y también siento miedo, miedo a quererte más, a no pensar y decirte: "te amo" y saber que en ese momento no hablaría yo sino mi corazón. Descubro la razón de ese miedo, es el mismo que cuando obtienes lo que siempre deseaste y quieres hacer de todo para conservarlo.
Fue rápido mi amor, lo sé, y sin embargo me siento segura de lo que siento, de lo que veo, de lo que eres para mi; a veces me resulta difícil pensar claramente al estar contigo, me gana ese sentimiento y se vuelve imposible expresarlo y me veo limitada a besarte, a tocarte, a quedarme entre tus brazos.
No puedo creerlo, pero puedo sentirlo y no puedo pedir más.
Sólo que la espera sea corta
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